lunes, 17 de enero de 2011
LAS VICTIMAS DEL VICIO
Lamentablemente, con frecuencia el vicio conduce al maltrato físico o verbal de personas inocentes, incluso la familia del vicioso. Es sumamente importante que las personas que padecen de tal maltrato busquen ayuda antes de que suceda una desgracia. Tanto las personas maltratadas como los agresores sufren a raíz de la violencia perpetrada, y por lo tanto todos necesitan buscar ayuda. Sin embargo, cuando los agresores no están dispuestos a buscar la ayuda que necesitan, las víctimas deben alejarse de ellos para estar libres del peligro. Es, desde luego, mucho más factible que reciban la ayuda apropiada si viven en un lugar que tiene recursos dedicados a prestarla. Sin embargo, los que no tengan a su alcance ayuda profesional pueden acudir a una iglesia en busca de ayuda. Dios está en todo lugar; si clamamos a Él, podemos tener la seguridad de que Él vendrá en nuestro auxilio de alguna forma u otra. «Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia» (Salmo 46:1). El Juez de toda la tierra nunca es partidario de la injusticia, tal como el abuso o maltrato de cualquier ser humano creado a su imagen y semejanza. (Génesis 1:26, 27; 9:6; 18:25; 2 Crónicas 19:7).
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